¿Qué es el método Montessori?
El método Montessori surge de la doctora y pedagoga María Montessori alrededor de la década de 1890-1900.
María Montessori fue la primera licenciada en medicina en Italia. De familia noble, avanzada para su época y con un carácter perseverante, inquieto y curioso, le llevó a investigar sobre el comportamiento de los niños y niñas con dificultades en edades tempranas y a través de la observación, pudo desarrollar un método adaptado a las necesidades, intereses y motivaciones del niño/a.
Como veis es un método que está en vigor desde hace más de 100 años y ha llegado a todas partes del mundo donde actualmente existen más de 22.000 escuelas dedicadas a este método.
¿Qué tiene de especial el método Montessori?
El método Montessori tiene como características a destacar:
- Todos los niños tienen una mente absorbente.
- Todos los niños pasan por períodos sensibles.
- Todos los niños quieren aprender.
- Todos los niños aprenden por medio del juego/trabajo.
- Todos los niños pasan por diversas etapas del desarrollo.
- Todos los niños quieren ser independientes.
Mente absorbente
El niño absorbe la información del entorno y aprende sobre él de manera rápida por lo que esta capacidad de aprender es única de los niños pequeños y dura aproximadamente los seis primeros años de su vida. Se hace hincapié en una primera fase de 0 a 3 años cuando el aprendizaje consciente todavía no ha surgido.
Mente consciente
De los 3 a los 6 años de edad, la mente del niño todavía es absorbente pero ahora comienza a aparecer la conciencia y la voluntad.
Controlan las acciones, adquieren la capacidad de decir "no", preguntas interminables "por qué" y "cómo", un proceso de aprendizaje activo en vez de pasivo como de 0 a 3 años.
En este momento se debe proporcionar toda la libertad como sea posible y observar qué es lo que más le interesa. Será con esta libertad con la que el niño podrá desarrollar todo su potencial.
Períodos sensibles
EL niño se siente totalmente absorto por lo que hace, por eso repite una actividad una y otra vez. Necesita explorarlo todo, pues es así como aprende. El niño aprende a través de sus sentidos, experimentación, y muestra su predisposición a desarrollar nuevos conocimientos y habilidades. De ahí el llamado "período sensible".
Aprendizaje a través del juego
Nos referimos a juego como a la actividad que realiza un niño. El juego es una actividad agradable, voluntaria, con una finalidad y espontáneamente elegida. Con frecuencia es creativa, implicando solución de problemas, aprendizaje de nuevas habilidades sociales, nuevo lenguaje y nuevas habilidades físicas. El juego es fundamental y muy importante para el desarrollo del niño pequeño, puesto que le ayuda a aprender nuevas ideas y a ponerlas en práctica, a adaptarse socialmente y a superar problemas emocionales, especialmente en juegos imaginativos.
El método Montessori cree en el valor de practicar juegos estructurados como forma de reforzar el aprendizaje de un niño.
Sobre el juego podríamos hablar largo y tendido, pero considero que también es necesario ver cómo es un ambiente Montessori y los materiales que se utilizan a diferencia de un centro ordinario.
El niño absorbe la información del entorno y aprende sobre él de manera rápida por lo que esta capacidad de aprender es única de los niños pequeños y dura aproximadamente los seis primeros años de su vida. Se hace hincapié en una primera fase de 0 a 3 años cuando el aprendizaje consciente todavía no ha surgido.
Mente consciente
De los 3 a los 6 años de edad, la mente del niño todavía es absorbente pero ahora comienza a aparecer la conciencia y la voluntad.
Controlan las acciones, adquieren la capacidad de decir "no", preguntas interminables "por qué" y "cómo", un proceso de aprendizaje activo en vez de pasivo como de 0 a 3 años.
En este momento se debe proporcionar toda la libertad como sea posible y observar qué es lo que más le interesa. Será con esta libertad con la que el niño podrá desarrollar todo su potencial.
Períodos sensibles
EL niño se siente totalmente absorto por lo que hace, por eso repite una actividad una y otra vez. Necesita explorarlo todo, pues es así como aprende. El niño aprende a través de sus sentidos, experimentación, y muestra su predisposición a desarrollar nuevos conocimientos y habilidades. De ahí el llamado "período sensible".
Aprendizaje a través del juego
Nos referimos a juego como a la actividad que realiza un niño. El juego es una actividad agradable, voluntaria, con una finalidad y espontáneamente elegida. Con frecuencia es creativa, implicando solución de problemas, aprendizaje de nuevas habilidades sociales, nuevo lenguaje y nuevas habilidades físicas. El juego es fundamental y muy importante para el desarrollo del niño pequeño, puesto que le ayuda a aprender nuevas ideas y a ponerlas en práctica, a adaptarse socialmente y a superar problemas emocionales, especialmente en juegos imaginativos.
El método Montessori cree en el valor de practicar juegos estructurados como forma de reforzar el aprendizaje de un niño.
Sobre el juego podríamos hablar largo y tendido, pero considero que también es necesario ver cómo es un ambiente Montessori y los materiales que se utilizan a diferencia de un centro ordinario.
Os dejo un vídeo donde podéis ver un día ordinario en un aula Montessori y algunos materiales de trabajo.
¿Notáis la diferencia?
Método tradicional/Método Montessori
Materiales Montessori
Me gustaría recomendaros una serie de materiales para trabajar con los niños en casa.
Son materiales motivadores, divertidos, duraderos y de calidad.
A la hora de comprar materiales para los niños podemos decantarnos por materiales de calidad y duraderos o por materiales caseros y de bajo coste pero que no duran tanto tiempo.
Lo esencial es adquirir materiales de madera, con lacados aptos para niños y que tengan colores vivos.
María Montessori apuntó:
«El niño, con su enorme potencial físico e intelectual, es un milagro frente a nosotros. Este hecho debe ser transmitido a todos los padres, educadores y personas interesadas en niños, porque la educación desde el comienzo de la vida podría cambiar verdaderamente el presente y futuro de la sociedad. Tenemos que tener claro, eso sí, que el desarrollo del potencial humano no está determinado por nosotros. Solo podemos servir al desarrollo del niño, pues este se realiza en un espacio en el que hay leyes que rigen el funcionamiento de cada ser humano y cada desarrollo tiene que estar en armonía con todo el mundo que nos rodea y con todo el universo».
Los materiales sensoriales están agrupados por cada sentido.
El gusto y el olfato. Las plantas y los perfumes proporcionan la gama de los olores. Aquí el material está constituido naturalmente por productos culinarios, con el complemento de una serie de botes con sustancias olorosas, otra serie idéntica ha de ser clasificada por comparación, de manera que se pueda asegurar el reconocimiento exacto de los olores.
El tacto. Tiene en cuenta el material Montessori el sentido táctil, en todas sus formas (tablillas y rugosidades), así como el sentido térmico (botellas con agua a diferentes temperaturas), la percepción de las formas, etc.
La vista. Percepción diferencial de las dimensiones, colores, volúmenes y formas.
El oído. Discernimiento de los sonidos con cajas metálicas, campanillas, silbatos y xilófonos.
Cilindros sensoriales: En estos cilindros podemos introducir cualquier material que se nos ocurra (arroz, garbanzos, arena...) para que los peques discriminen entre sonidos diferentes.
Sonajeros sensoriales: Caja de madera muy resistente con cubos de distintas formas con materiales diversos para discriminar sonidos.
Cubo clasificador de madera: Ayuda a la psicomotricidad fina (introducir en el hueco adecuado) y a la percepción visual (colores, formas).
Casa de cerraduras: Trabaja la psicomotricidad fina.
Papel de lija con letras diferenciadas en vocales, consonantes, letras ligadas, etc.
Figuras geométricas de madera: Este juego es muy divertido y entretenido para los peques.
Tablero para primeros trazos: Cuando un niño comienza a realizar sus primeros trazos, sería ideal facilitarle unas plantillas
SEMINARIO MONTESSORI
El fin de semana del 26 de septiembre de 2016 estuve en Madrid para asistir al seminario "Herramientas para la educación emocional en aulas de infantil de 0 a 6 años" del IMI (International Montessori Institute).
Este seminario consta de varias partes:
- Cómo preparar ambientes Montessori en el aula.
- Ejercicios de vida práctica.
- Ejercicios de vida práctica y los niños con comportamientos disruptivos.
Se han recreado actividades de vida práctica donde se involucra el trabajo de la mano (herramienta fundamental del niño de 0 a 6 años), donde generalmente permiten a los niños/as iniciar periodos de concentración y empezar a establecer el orden y autocontrol.
Todos los niños/as necesitan moverse y canalizar su energía, por eso se les ofrece actividades con un propósito claro.
Se ha hablado sobre la realidad de la integración educativa en el aula puesto que todos los seres humanos tenemos potencialidades y limitaciones y cómo los docentes trabajamos con todas ellas diariamente.
Montessori identifica con claridad las caracterísiticas propias de las diferentes etapas del ser humano y parte de ellas para entender su comportamiento y responder a sus necesidades.
Os dejo unas fotografías sobre los materiales caseros que nos mostraron para trabajar en las aulas de 3 a 6 (con punzón, tijeras, pegamento...)
He de decir que he salido muy motivada y contenta con esta formación puesto que me ha servido para conocer un poco más la pedagogía Montessori y la funcionalidad de sus materiales en un ambiente distinto al de un centro ordinario.
Como reflexión personal puedo decir que es muy complicado llevar a cabo una metodología Montessori en un centro que no sea Montessori pero si que podemos crear un espacio educativo para responder a las necesidades e intereses de los niños/as incluyendo dinámicas, trabajos y actividades de este tipo.
Os animo a realizar cualquier formación relacionada con la pedagogía Montessori, es todo un mundo por descubrir. También existen muchísimos libros relacionados con esta pedagogía que son biblias pedagógicas para los docentes.
¡Montessorizate!
Para días de lluvia, qué mejor que un buen repertorio de libros para seguir aprendiendo.
A continuación os propongo unas lecturas muy recomendadas para conocer un poco más a María Montessori, los inicios de esta pedagogía, y el desarrollo de los niños de 0 a 3 años.
EL PAPEL DEL ADULTO MONTESSORI
Descripción sobre las funciones principales del adulto desde un enfoque Montessoriano y sus claves de actuación.
La función principal del adulto es crear un ambiente adecuado e idóneo para que el niño pueda desarrollarse en plenitud, teniendo siempre en cuenta sus períodos sensitivos.
Al mismo tiempo, el adulto debe no obstaculizar el desarrollo interviniendo en cada momento sino ser guía y observador de los movimientos y aprendizajes que el niño realice.
El adulto debe permitir que el niño realice por sí mismo cualquier actividad y debe evitar en todo momento intervenir al no ser que fuese necesario para no frenar su desarrollo en la labor que realiza. En ocasiones, puede ser el mismo niño el que pedirá ayuda al adulto cuando lo necesite, entonces, será el adulto el que intervenga para reconducir la actividad que está realizando.
Hablamos también de que un niño en un ambiente Montessori tiene límites establecidos ya que a la hora de tener un ambiente preparado con un trabajo determinado le permite al niño alcanzar la autonomía e independencia para poder llegar a conseguir su libertad.
Desde mi punto de vista, el adulto debe fomentar un clima de libertad, cooperación, respeto por el ambiente y personas que le rodean. Además, haría hincapié en la responsabilidad que tenemos como adultos al ser reflejo para los niños. Ser coherentes con lo que hacemos y decimos ya que los niños son grandes observadores de los adultos.
Un adulto en un ambiente Montessori ha de ser un gran observador de lo que ocurre en él, y además, ser capaz al mismo tiempo de no interrumpir o interferir en el niño. Puede llevarnos tiempo, pero se ha de conseguir para ser un buen guía en un ambiente Montessori preparado.
En el documento “El adulto”, se hace referencia a la disciplina interior. El adulto no debe imponer normas externas, pautas, o controlar cada movimiento del alumno, haciendo a éste que obedezca pasivo.
Para que todo esto no ocurra, se ha de conseguir que el niño consiga su disciplina interior, esté tranquilo, esté ocupado y atraído por el objeto que tiene ante él y no se deja llevar por los premios, castigos o recompensas. De ahí que el adulto tenga un papel fundamental en proporcionar los medios adecuados para que el alumno lo consiga, eliminando cualquier obstáculo que se lo impida al niño.
“El adulto forma parte del entorno del niño; debe adaptarse a las necesidades del niño para no ser un obstáculo y para no sustituir al niño en las actividades esenciales para su crecimiento y desarrollo” María Montessori, El Secreto de la Infancia.
En cuanto a la mirada del adulto, podemos identificar dos tipos:
Función horizontal: es aquella posición donde el adulto se sienta a la altura del niño para presentarle un material, registrar en su cuaderno los progresos del alumno, etc.
Función vertical: el adulto se sitúa en el espacio de pie, paseando por el aula revisando el material que falta, solucionando problemas o dificultades y teniendo una visión general del ambiente.
Rol del adulto en el desarrollo emocional infantil.
El adulto debe cambiar su actitud hacia el niño, hacia la vida en general y hacia sí mismo. Debe tener:
§ Fe: En el desarrollo del niño y en su bondad. (Un niño que muestra un mal comportamiento no es malo, simplemente se ha encontrado con obstáculos en su desarrollo y ese comportamiento es una llamada de auxilio.)
§ Paciencia: Entender y aceptar el ritmo de cada niño.
§ Perseverancia: No darse por vencido cuando las cosas no salen bien.
§ Humildad: Ser capaz de admitir sus propios errores
Montessori emplea el término socio-emocional al relacionar al niño dentro de una comunidad educativa, pues las emociones están relacionadas con el respeto a los demás y a su trabajo.
Hablamos de tres dimensiones de la emoción, neurofisiológica (mano), conductual (corazón) y cognitiva (mente) centrados en el ambiente, el adulto y el niño.
En cuanto al ambiente puesto que está organizado para que los niños tengan que esperar su turno, ser tolerantes con sus compañeros, aprender a gestionar sus emociones, etc.
El adulto porque guiará al niño a identificar la causa de un conflicto y lo reconducirá a buscar soluciones.
Y al niño en cuanto al trabajar con niños de distintas edades, enriquecerá al niño menor de experiencias emocionales y al niño más mayor a empatizar con los más pequeños.
María Montessori hace especial hincapié en educar las emociones, permitiendo explorar, ensayar y equivocarse sin recibir un premio o castigo por el resultado, y siempre sin olvidarnos de la motivación.
Podemos hacer referencia a Gardner (1995), en su teoría de las inteligencias múltiples. En cuanto a la inteligencia interpersonal, mantiene que se construye a partir de la capacidad para establecer buenas relaciones con otras personas, al conocimiento de los aspectos internos de sí mismo.
María Montessori habla de la inteligencia interpersonal como una tendencia humana a la que además, se refirió como comunicación (sentimientos, deseos, pensamientos…).
La inteligencia intrapersonal podemos relacionarla fácilmente con la espiritualidad.
El adulto en el aula debe tener en cuenta que olvidar las emociones y considerarlas únicamente parte del hogar es un error garrafal.
Existen emociones positivas y negativas y tenemos que guiar a los alumnos para que sepan gestionarlas para llegar a conseguir al máximo su felicidad.
Para ello, hago referencia a Amanda Céspedes cuando determina “alimentos esenciales para el alma infantil” a:
- La aceptación y respeto incondicional.
- Reconocimiento y valoración.
- Expresión explícita del afecto.
- Comunicación efectiva y afectiva.
Y como bien he dicho con anterioridad el adulto al ser reflejo del niño en sus actitudes y comportamientos también es modelo emocional para él.
La ayuda que un adulto en un aula puede brindarle al niño, será ayudarle a traducir sus emociones en palabras, pudiendo entenderle y calmarle.
El adulto ayudará al niño a resolver os conflictos con un modelo de colaboración y no en uno de confrontación.
La autoestima es un factor importante en la construcción de la autoimagen y sobre la percepción de ser capaz de generar cambios positivos en uno mismo, lo que conlleva poder cambiar a los demás.
Hablamos de tres potentes sentimientos, los que comienzan a gestarse antes de nacer y serán los que el adulto va a construir su vida social y sus relaciones afectivas.
La alegría existencial. Mueve al niño a explorar, pensar, crear y favorece los procesos de afiliación.
Motivación. Para que el niño sea estimulado para curiosear y asombrarse ante el misterio. Promueve la apertura a nuevos aprendizajes.
Serenidad: Confianza en sí mismo de verse aceptado incondicionalmente, protegido y amado.
Estos sentimientos son los que provocan en el niño un fenómeno de apertura mental que le favorece en la creatividad, la flexibilidad cognitiva y adaptativa y amplía las cogniciones, estimulando la integración de experiencias, genera soluciones creativas para la resolución de problemas y la asertividad.
Cuando una mujer se queda embarazada ha de tener en cuenta que desde el tercer mes de gestación el bebé comenzará a establecer un vínculo emocional con la madre debido a las corrientes de energía que la madre transmitirá a su hijo. Desde la barriga hasta el momento en el que nace, son momentos que se quedarán grabados en el bebé como marcas emocionales.
De ahí que nuestra misión primera en la educación emocional del niño desde antes de que nazca es garantizar al bebé el derecho a establecer vínculos intensamente afectivos.
Adentrándonos en los dos años hasta los cinco, hablaremos de la conquista de la autorregulación emocional, donde el niño será capaz poco a poco de controlar sus emociones. Se ha de tener en cuenta el trato afectivo que mantiene el menor con los adultos que le rodean. Como padres o docentes se debe estar alerta ante la posibilidad de que el niño pueda estar en peligro de sufrir un daño emocional por parte de los adultos.
En la siguiente fase sensible de los siete a los diez años, se habla de una autorregulación emocional que le permite al niño acceder a una comprensión cognitiva de las emociones. Debido a que el niño está en pleno desarrollo de autorregulación, será necesaria la ayuda de un mediador o conductor que lo guié en su reflexión. El conductor será facilitador de la conversación.
Continuamos ahora con la cuarta fase sensible, la edad puberal. Es una edad complicada donde los niños pasan de encontrar refugio en sus hogares y al lado de sus padres a encontrar atractivo el descubrir y indagar el mundo que les rodea. El conflicto se crea cuando el chico a pesar de conocer sus valores inculcados suele sobrepasar los límites impuestos por sus padres.
En esta edad, el adulto ha de comportarse comprensivo, atento, afectuoso y sereno y con gran habilidad para conversar y autocontrolarse al hablar con el chico. Debe estar abierto a los cambios, ser más flexible, llegar a puntos en común con la pareja, etc.
Si nos adentramos en una nueva fase sensible, hablaríamos de la adolescencia. El afecto, el despertar sexual y los sentimientos se encaminan hacia los amigos y primeros novios, dejando a un lado a los padres.
En esta etapa los educadores o padres deben tener en cuenta que educamos para la libertad del alma infantil y respetar esa libertad cueste lo que cueste. El adulto ha de educar a un niño para la vida desde el respeto, sin vulnerar su libertad.
La importancia de la Auto-evaluación por parte del adulto.
Para hablar de la autoevaluación docente, haré referencia a varios autores que describen con claridad qué elementos se deben considerar para la autoevaluación docente.
Lafourcade (1974) propone que en la evaluación del desempeño docente deben considerarse los siguientes aspectos: programación del contenido disciplinario, desarrollo del curso, actuación del profesor y el rendimiento logrado por los estudiantes. Plantea que si se logra abarcar estas dimensiones en el desempeño del docente, se habrá podido conseguir una evaluación global.
Santoyo (1988) considera que la autoevaluación es un proceso de conocimiento apoyado en un ejercicio de reflexión constante y sistemático, que desemboca en un juicio de valor; no hay evaluaciones acabadas, por más científicas que sean, solo son aproximaciones que intentan captar la totalidad de los fenómenos educativos.
Para concretar más, podríamos decir que la autoevaluación docente es un proceso temporal, que permite identificar eficiencia y eficacia del desempeño docente. Se diría que a través de la autoevaluación se obtiene un diagnóstico de necesidades, se infieren juicios, se establecen valoraciones y se toman decisiones para mejorar la práctica docente.
Extraído de:
Mendoza-Páez, Ana María, Bermúdez-Jaimes, Milton Eduardo, La evaluación docente en la pedagogía Montessori: propuesta de un instrumentoEducación y Educadores [en linea] 2008, 11 ( ) : [Fecha de consulta: 13 de enero de 2017] Disponible en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83411113> ISSN 0123-1294
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